Reflexiones

¿Uno del montón – Uno de tantos?

By 26 septiembre, 2016 No Comments

¿Puedo preguntarte qué es lo que “pintas” en este mundo? ¿Eres de los pocos privilegiados que descansan en “Zonas VIP” en los importantes aeropuertos de este planeta o tienes que conformarte con acomodar tus huesos cansados en una silla incómodas (si es que encuentras una vacía) en tus largas esperas?

En serio: aunque a todos nos gusta darnos importancia, la gran mayoría nunca pasamos de ser “uno más del montón”. El hombre busca disimular su propia insignificancia siguiendo e idolatrando a otros que sí han alcanzado esta fama o importancia de la que él mismo solo puede soñar.

Para algunos esto va tan lejos que su identificación con alguién importante viene a ser casi el eje central de su existencia. Pero aun en casos así la tan anhelada relación que pueda tener un fan con su ídolo no suele ir más allá de un contacto esporádico y generalmente lejano (asistencia en directo a algun partido o concierto…). Solo muy, muy pocos llegan a formar parte del círculo de amigos de alguna de estas personas “importantes”. Tristemente éstos pocos privilegiados a menudo son profundamente desengañados de sus “ídolos” al detectar muchas cosas desagradables detrás de la fachada gloriosa (soberbia, avaricia, egoísmo…) que demasiadas veces van de la mano de la persona que logra mucha fama…

Sin embargo hay alguien a quién deberías de conocer urgentemente: Siendo mucho más importante que nadie que haya pisado jamás este mundo él es el perfecto amigo, fiel y cercano, para cualquiera que le busca.

Hablo de Jesucristo. Te parecerá extraño que te diga que es importante conocer a Jesucristo y puede que pienses que ya le conoces. Desde pequeño/a habrás escuchado hablar de él. Pero tener algún conocimiento acerca de alguien no es lo mismo que conocer a la persona. Casi todo el mundo reconoce su realidad histórica: él nació en un pesebre, vivió 33 años y murió en una cruz. Pero sólo conocer estos datos no aporta nada significativo a tu vida.

Jesús supera en mucho a cualquier famoso que puedas desear conocer: éstos no tienen ni tiempo ni deseo ni capacidad de pararse a atenderte. ¡ÉL sí! Y es su expreso deseo que tú le conozcas personalmente.

Dios no es un Dios lejano. Se nos da a conocer en su Palabra. En el Nuevo Testamento (la segunda parte de la Biblia) puedes encontrar el testimonio vivo y real de su vida, muerte, resurrección y ascención al cielo.

Al leer el Nuevo Testamento, encontrarás que hay un serio estorbo que impide esta relación personal que Dios desea tener contigo: tu pecado (Romanos 3:23). Pero también te darás cuenta de que él ya lo ha solucionado, muriendo por ti en la cruz.

Una buena manera de conocer realmente a una persona es invitarla a tu casa y pasar tiempo con ella. Así también, si quieres de verdad conocer a Jesucristo de una manera personal, es necesario que le invites a entrar en tu vida para ser tu Salvador y Señor, además de tu infalible amigo.

Al invitarle a que venga a tu vida, tienes que reconocer tu necesidad de recibir el perdón de tus pecados, dándole las gracias (por fe) por haber muerto por ellos en la cruz.

Conocer a Jesucristo de manera personal, traerá incomparables beneficios a tu vida, de los cuales solo te apunto unos pocos:

Él es el único que puede perdonar tus pecados: Ninguna iglesia, ni sus representantes, ni la mejor de las organizaciones, ni tus buenas obras, ni ninguna otra cosa puede solucionar el problema de tu pecado. Sin embargo él te promete: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”. (1º Juan 1:9). (¡Te imaginas lo que puede significar vivir liberado de toda carga de pecado!)

Te promete su compañía en cada situación de tu vida: “he aquí yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo.” Mat 28:20 (¡No más soledad!)

Él te dará paz: Juan 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

En este mundo muchas personas viven afligidas por las más variadas cir-cunstancias. Jesucristo te quiere dar verdadera y completa paz: Paz con Dios y su paz en tu corazón.

Con Jesucristo tendrás esperanza. 1 Pedro 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.

Muchas personas viven literalmente “des-esperadas”, pero él por medio de su palabra nos da una esperanza viva, la de poder estar un día para siempre en su presencia en la casa de su Padre.

¡Conocer a Jesucristo, es lo mejor que te puede pasar!